Convertir el sufrimiento en virtud. La resiliencia es una de las capacidades más importantes de las personas para avanzar ante lo negativo. La crisis sanitaria, económica y social en la que nos ha sumergido el COVID-19 requiere de una actitud resiliente para aprovechar las oportunidades de la adversidad. Te contamos las herramientas necesarias.
Stephen Hawking, paralizado de pies a cabeza por una enfermedad degenerativa; Pablo Pineda, primer europeo con Síndrome de Down en terminar una carrera universitaria o María de Villota, corredera de Fórmula que perdió un ojo y se sobrepuso para continuar competiendo. Todos ellos, entre otros muchos, se les conoce como personas resilentes, porque hicieron, en un momento dado de sus respectivas vidas, del sufrimiento, una virtud. Lejos de hundirse, salieron fortalecidos del trauma vivido.
La resiliencia es una de las capacidades más importantes de las personas, y que todos podemos desarrollar para poder adaptarnos y avanzar ante lo negativo, gestionando adecuadamente las adversidades para superar etapas de crisis y poder así continuar con nuestras vidas.
En la resiliencia se centra la letra de la canción del Dúo Dinámico “Resistiré” que hemos convertido en el himno de esta pandemia provocada por el COVID-19 o coranavirus. Una canción que difunde resistencia y fortaleza, y que al mismo tiempo nos une en la distancia social. Un hermoso gesto de apoyo y solidaridad que nos brindamos los unos a los otros cantándola desde ventanas y balcones aliviando el aislamiento en el que nos mantiene el actual estado de alarma.
La salud, pese a que en tantos momentos no la valoramos de forma consciente, es uno de los pilares más importantes del bienestar. Por ello, los obstáculos de salud suponen una prueba de resiliencia fundamental. Vivimos un momento excepcional sin precedentes, en el que sobrevivir al virus que nos amenaza es hoy prioritario. A lo que se suma el hecho de que las medidas que hemos de adoptar para mantener nuestra salud, son la antesala de una severa crisis económica y social.
En esta situación es fundamental ser resiliente y encarar dificultades extremas presentes y futuras, intentando sacar la parte positiva, aprovechando las oportunidades que pueda dar la adversidad. Esto no es nada fácil, pero una vez que se está sumergido en una situación compleja, hay que intentar, en la medida de lo posible, sacar algo bueno de ella.
Actitud resiliente
El primer principio para hacer frente con éxito a las situaciones estresantes es creer que es posible hacerles frente. Es posible influir y cambiar los estados de ánimo negativos por otros positivos de manera consciente. Simplemente el hacer algo de ejercicio físico puede levantar temporalmente el ánimo.
Herramientas de resilencia:
- Detectar la causa de los problemas y encontrar soluciones u opciones.
- Saber manejar las emociones y tener objetividad ante las situaciones.
- Mantener la calma en situaciones de presión y ver las cosas con perspectiva.
- Ser realista y canalizar emociones y sentimientos ante las diferentes situaciones.
- Tener confianza en nosotros mismos y en nuestro potencial de superación.
- Tener habilidades para empatizar con la gente comprendiendo sus sentimientos.
- Tener capacidad de automotivación.
- No preguntar por qué, sino cómo.
- Actitud positiva ante la vida.
- Buscar nuevos retos.
Punto de partida hacia la resiliencia:
- Saber pedir ayuda cuando la necesitamos y buscar apoyo en la familia y en los amigos para crearnos un entorno fuerte.
- Infundirnos positivismo hacia nuevas metas con una visión realista, siendo al mismo tiempo conscientes de que los problemas que surjan forman parte del aprendizaje.
- Entender que los cambios forman parte de la vida, que debemos aceptarlos y adaptarnos a ellos.
- Asumir la realidad y objetivamente saber qué cosas podemos cambiar y cuáles no.
- Cuidarnos física y mentalmente para mantener un estado de bienestar.